Soy María Luisa. Soy una refugiada guatemalteca criada en el imperio de los Estados Unidos bajo la “guerra contra las drogas” y las políticas “anticomunistas” de la época de Reagan, que devastaron las comunidades Negras, morenas y pobres, y las luchas revolucionarias dentro de los Estados Unidos y en Centroamérica. Mi mami huyó con mi hermano y conmigo tras la desaparición de mi padre el 12 de agosto de 1983 a manos de las fuerzas militares y de seguridad guatemaltecas. El conflicto armado interno en Guatemala, el desplazamiento forzado, las políticas intervencionistas de los Estados Unidos y las fronteras han moldeado profundamente mi visión del mundo. 

Como hablante bilingüe de español e inglés, he aprendido que los idiomas son una herramienta poderosa. Ha sido a través del desarrollo de una praxis de Justicia Lingüística que he aprendido que el lenguaje es poder. Desde 2013 he tenido el honor de aprender junto a muches trabajadores de la justicia de lenguaje, para crear espacios multilingües a través de comunidades, luchas y fronteras.

Gran parte de mi trabajo como organizadora comunitaria de la clase trabajadora se ha centrado en la denuncia de la política exterior, económica y militar de Estados Unidos hacia América Latina y en la construcción de la solidaridad a través de la educación y la organización de las comunidades. Participo activamente en la construcción de la memoria colectiva en Guatemala y junto a mi diáspora guatemalteca, y aun sigo buscando a mi padre. También me dedico a educar sobre las causas fundamentales de la migración y las conexiones con las políticas de inmigración racializadas y militarizadas. 

Me puedes encontrar columpiándome en hamacas y tocando el acordeón, la guitarra, el charango o el ukelele.